Con Alejandro tuvimos momentos muy especiales en Finca el Portazo, disfrutando con la familia momentos únicos e irrepetibles.
Las comuniones a nosotros se nos acaban las energías de las tantas que estamos teniendo, pero nos da tanta alegría ver a los niños esas caras de felicidad… Que merece la pena volver hacer magia en tan poco tiempo.